El ayahuasca es una planta que se puede encontrar en la amazonia del Perú. La palabra es de origen quechua y es alusivo al lazo que uno el mundo de los vivos al de los muertos, la traducción exacta seria aya / muerte – huasca/soga.
Una ceremonia de ayahuasca no puede ser realizada por cualquier persona, por lo general es un chaman que ya viene con una formación especializada para este tipo de ceremonias la cual dura un aproximado de 7 a 12 horas. El conocimiento necesario para guiar a las personas durante su viaje es pasado entre familias por generaciones o entre la tribu de la que viene el chaman.
Lo más recomendable para estas sesiones de ayahuasca es que sea realizada en la selva, es poco recomendable que sea realizada en la ciudad, ya que, se logra una mejor conexión con uno mismo y con la naturaleza estando rodeado de ella que estando en la ciudad alejado de esta. Otra buena recomendación para llevar a cabo esta ceremonia es que la persona haga una dieta previa, evite comer carnes, en especial no comer cerdo y evitar las bebidas alcohólicas unos 7 días antes de la ceremonia.

La ceremonia siempre se realizará de noche, ya que la oscuridad causa una profunda acción en el cuerpo, mente, emociones y espíritu, permitiéndonos así ver nuestros mayores temores para poder enfrentarlos y vencerlos, revitalizar energías y despertar un nivel nuevo de conciencia. Lo que esta planta hace es generar un nexo mas fuerte entre la mente, el alma y el cuerpo, conociendo así a nuestro “maestro interior”.
Esto apertura una relación con la espiritualidad que durará toda la vida. La planta mágica contiene compuestos químicos naturales que pueden provocar visiones intensas y sensibilizar agudamente los sentidos. Estos y otros efectos conducen a la conciencia humana hacia los inexplicables y misteriosos estados mentales.

El ayahuasca no genera dependencia alguna, muy por el contrario, muchos usan esta planta para lograr una conexión divina consigo mismo y desarrollar una conciencia más avanzada, pero a su vez entre los múltiples usos que tiene esa milagrosa planta está la clave para renunciar o despojarse de vicios dañinos para nuestra salud, ya sea el alcoholismo o la dependencia sobre algún narcótico.
Esto se debe a que, al beber ayahuasca, la persona pasa por un proceso de introspección y regresión. Es decir, la persona pasa por un proceso de reflexión de su propio ser el cual se considera un examen del alma por si mismo. A su vez, una persona puede recordar fases pasadas de la vida, para solucionar conflictos, lo cual permite conectarse y reconocerse mejor. Es así como después de la sesión de ayahuasca muchos dejan de sentir la necesidad de consumir la sustancia que le generaba alguna adicción.
Algunas veces en una ceremonia pueden producirse vómitos, sudoraciones y demás efectos de purificación, que es la manera como la maestra Ayahuasca cura, enseña y guía. Sin embargo, no todos asimilan el proceso de la misma manera, algunos pueden verle lo mágico de la planta desde la primera sesión y otros podrían necesitar más de una sesión para llegar a la conexión deseada. No hay ceremonia buena o mala, sino mal entendida.